Un día cualquiera decides abandonar tus sesiones de spinning en el gym, o bien tus clases de natación semanales ya sea por pereza o por cambios de hábitos.

¡Y se acabó el ejercicio físico!.

Está claro que al principio, los primeros días, no notarás grandes cambios. Posteriormente tu cuerpo protestará, tu decisión de dar prioridad a otros asuntos, te puede pasar factura a en tu salud en pronto plazo.

Cuando abandonas el ejercicio físico que su sucede:

Los músculos se irán reduciendo (pérdida de masa muscular y fuerza) y nuestra capacidad de almacenar grasa aumentará. Deberás limitar el consumo de calorías que compense la falta de ejercicio así los músculos solo se harán más pequeños, por el contrario si no mantienes una dieta equilibrada, la grasa se acumulará y acabará cubriendo tus músculos.

Con el tiempo tus músculos se irán contrayendo, e irás perdiendo flexibilidad y resistencia. Notarás que el cuerpo se vuelve más fofo, cambios de metabolismo y posibles riesgos de enfermedades cardiovasculares. Con lo que puede con llevar posibles cambios de humor, sentirte mal humorado y baja tu autoestima al ver que tu cuerpo comienza a subir de peso y tu condición física se disminuye.

También es importante recalcar, una vez abandonas tus rutinas de ejercicio físico reduces el trabajo de los músculos, tu cuerpo consumirá menos oxígeno y tu habilidad cardíaca empezará a declinar.

Entonces es cuando poco a poco sentirás que te cuesta subir unas escaleras, tu metabolismo estará más lento, tu corazón deberá trabajar más y tus pulmones no absorberán tanto oxígeno como antes. Acabando por ser un persona sedentaria con el riesgo de padecer: colesterol, diabetes, depresión, insomnio, etc…

Por lo que es recomendable no dejar de practicar algún tipo de ejercicio físico. Y siempre que esté en nuestras manos tratar de volver a una rutina deportiva.