DISMINUCIÓN DEL MÚSCULO: A partir de los 30 años empieza a disminuir progresivamente el músculo tanto en grosor como en fibras musculares (la disminución de éstas se debe a que pierden el estímulo que reciben del nervio haciendo así que disminuya el grosor del músculo).

Tener menos fibras musculares a lo largo de los años es inevitables, pero para las personas que no realizan ningún deporte físico tienden a tener una mayor pérdida con la desventaja de al tener menos fibras musculares el funcionamiento del metabolismo es más lento, disminuyendo el consumo de energía, aumentando de peso progresivamente y empeorando nuestra salud.

PÉRDIDA MUSCULAR: con el tiempo se va perdiendo tonificación, fuerza y masa muscular. El déficit de ejercicio y desuso de los músculos hacen que éstos pierdan cualidades haciendo que se atrofien y repercutiendo en otras partes del cuerpo como en los huesos sufriendo un retroceso en la fuerza (los músculos y huesos van de la mano, si mantienes unos músculos fuertes tus huesos estarán protegidos y en perfectas condiciones). Este cambio lo podemos observar en personas sedentarias a partir de los 25 a 50 años.

AUMENTO DE GRASA CORPORAL: las personas sedentarias (hombres y mujeres) tienden a tener sobre peso y aumentar su grasa corporal, por ello es muy importante practicar ejercicio a diario para mantener un peso corporal normal y sentirse saludable.

Por ello es tan importante realizar ejercicio a diario para evitar un músculo envejecido, más débil y sin tono. Si te mantienes en forma tus músculos estarán más fuertes y te será más fácil prevenir futuras lesiones, te sentirás más joven por dentro y por fuera durante mucho más tiempo.